Estudiantes y Profesionales Colombianos en el Exterior

4/26/2006

Gente: Boyacenses se ponen de ruana el mundo

Gente: Boyacenses se ponen de ruana el mundo
Colombianos, boyacenses que pese a la distancia que los separa de su familia y de su terruño han logrado destacadas posiciones
Fuente: El Tiempo
GENTE QUE SE DESTACA
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Gilbert Alejandro Guerrero recorre las calles de Berlín, en Alemania. Nació en Chitaraque, pero se crió en Santa Sofía y Moniquira.
Abril 21 de 2006

Gilbert Alejandro Guerrero, que vive en Alemania, es todo un ‘Guerrero’ de la tecnología
Cuando decidió irse a probar suerte a Alemania, a Gilbert Alejandro Guerrero Jiménez le hicieron un regalo especial que aún conserva como un valioso tesoro.
Doña Rosita, una mujer que vendía empanadas en la salida de la plaza de mercado del municipio de Santa Sofía, le obsequió una ruana blanca que ella misma tejió.
Ese regalo no sólo le ha servido para cobijarse del despiadado frío que hace allí, sino para recordar a su tierra, sus raíces, a su familia, a sus amigos, a Boyacá, su tierrra patriota.
"Hay que salir, pero también hay que regresar, pero a transformar y a generar alternativas para el país",
Comenta Guerrero, nacido hace 29 años en Chitaraque. Aunque, según él, se considera hijo adoptivo de Santa Sofía, de donde se graduó del Instituto Técnico Agrícola.
Hijo de una excelente profesora, que desde su primaria como madre y como docente lo orientó.
Después de obtener su título de ingeniero de diseño y automatización electrónica, en Colombia, viajó a Alemania. Había sido aceptado en la exclusiva Universidad de Ciencias Aplicadas de Mannheim, donde termino una maestría en tecnologías de la información y las telecomunicaciones.
En la actualidad trabaja como ingeniero MSc del Instituto Tecnológico de Investigación y Desarrollo de Microprocesadores y Sistemas Integrados, encargado de desarrollar plataformas de alto rendimiento, sistemas informáticos, software especializado y programas aplicados en tecnología de punta, que se distribuyen en todo el mundo.
Al llegar a ese lejano país no sólo se encontró con las brechas culturales e idiomáticas, sino con un mundo de oportunidades. Porque aunque ha sido discriminado en algunas ocasiones por su nacionalidad, en Europa ha logrado destacarse por méritos propios. Por su talento.
Además de ser un ‘duro’ de la tecnología, lejos de su patria encontró una nueva misión en su vida.
Ademas de coordinar una subred transnacional de mas de 90 Estudiantes & Profesionales Colombianos radicados en la Alemania del Rhein, trabaja para desarrollar un proyecto que busca organizar y legitimar un grupo de profesionales colombianos altamente calificados para la investigación, radicados en ese pais.
Estas iniciativas pretenden demostrar que colombianos como él -que en Santa Sofía se consagró como campeón de "tenis de mesa", son personas trabajadoras, honestas y brillantes, que van mucho más allá del imaginario negativo que se tiene en el exterior de los nacidos en estas tierras. Como su apellido, es todo un ‘Guerrero’

4/03/2006

Pobreza y riqueza en Colombia

Me llama la atención que varios de los temas que se tratan en la red
presentan varias intersecciones. Hay una discusión sobre si es
necesaria una redistribución de la riqueza (tema que analiza Rodolfo
Arango en el artículo que se publicó en la red) o si ella no tendría
sentido (la perspectiva de Alejo) en la medida en que una política
de "Robin Hood" incrementa el número de personas que quieren hacer
parte de las ayudas sociales y genera incentivos para permanecer en
la pobreza. Este tema se conecta con la discusión acerca del
crecimiento de la desigualdad en Colombia ("los ricos más ricos.... y
los pobres?"), las diferencias al interior del país ("el Chocó se
parece a Angola y Bogotá a Suiza en acueducto...") y con la
idea de extender el conocimiento sobre proyectos sociales en Colombia
que tratan de resolver algunos de los efectos más escandalosos de la
desigualdad ("el ser estudiantes en el exterior es un privilegio que
genera obligaciones...").

El miércoles, como comenté ya, organicé una charla sobre la situación
de Colombia en Nuremberg. Los resultados fueron positivos, se logró
multiplicar la información y se despertó el interés por Colombia.
Hubo sin embargo un par de preguntas en el auditorio que me
parecieron muy valiosas para comprender la perspectiva de los
donantes. Una de ellas surgió tras mostrar algunas fotos de Bogotá y
Medellín y tras los relatos de algunos alemanes que habían conocido
Bogotá. Ellos no entendían cómo podían haber tantas diferencias entre
el norte rico y el inmenso sur que nadie conoce. Tres de ellos
habían estado en Cazucá, un lugar que muchos de los bogotanos no
conocen. La situación les resultaba asombrosa, por las distancias
abismales que separan a un grupo social del otro. Esas diferencias
no se perciben en una ciudad alemana común, pueden haber barrios con
problemas pero jamás con la desigualdad descarada que es tan típica
de las ciudades latinoamericanas.

La segunda pregunta que me causó interés fue: y qué hacen los ricos
de su país ante la grave situación de la ninez que usted expone. En
realidad, no tengo cifras concretas del aporte que el sector
empresarial y las élites políticas efectúan. Por eso no pude más que
exponer mi visión personal de lo que pasa en el país: que prevalece
la cultura de la indiferencia. A lo largo del siglo XX, las políticas
sociales en Colombia cubrieron (paradójicamente) a los sectores que
menos lo requerían. Basta dar una mirada a la seguridad social,
salud, educación y sistema pensional previo a la Constitución de
1991 para entender que la gran mayoría de colombianos no tenían
acceso a la protección social. Creo que ha faltado un compromiso más
serio por parte de los sectores más acomodados por ayudar al otro
país que padece la pobreza. Si hubieran sido más generosos en su
momento, particularmente a la hora de promover políticas sociales
universales, la desigualdad no habría aumentado tan dramáticamente.

Yo no creo que una simple política de redistribución de la riqueza
sea la solución. Quitarle a los unos para darle a los otros no tiene
sentido. Es claro que mucha gente ha logrado su riqueza a punta de
esfuerzo y sacrificio honesto. Está bien que haya ricos, y ojalá que
muchos. El darle un poco de dinero a millones de pobres sin darles a
la vez educación, salud y oportunidades de trabajo, no resuelve nada.
Muchos programas sociales sólo crean dependencia de los mismos, algo
que comentaba ya Alejo. La solución creo que está en la construcción
de oportunidades sociales, disenar programas que generen incentivos
para salir de la pobreza, no para mantenerse en ella, y poner el
énfasis en la creación de riqueza más que en la redistribución.

Por supuesto, la redistribución en Colombia es necesaria, pero creo
que ella puede hacerse mejorando el sistema tributario (v.gr.
supresión de exenciones, tendencia hacia impuestos directos), de
manera que los ricos aporten lo que realmente pueden dar (Las
estadísticas de 2005 muestran que los ricos de Latinoamérica aportan
50% menos que los ricos de los países industrializados). Ya se haría
bastante devolviéndole las tierras a los millones de desplazados.
Esto no sería redistribución, sería justicia.

Creo que hay que participar en la medida de nuestras posibilidades en
proyectos como los de Conexión Colombia y pasar la voz, para que
otras personas, colombianas o extranjeras, ayuden a buenas causas.
Cuando me preguntaron en la conferencia si esos programas no eran más
que asistencialismo y que no resolvían los problemas estructurales de
Colombia, conteste: si usted apadrina a un nino o a una nina con 20
dolares al mes, usted no acaba la guerra ni la pobreza de Colombia,
pero sí está cubriendo los derechos sociales a la alimentación, salud
y educación de ese nino. Es un grano de arena que se aporta, pero a
través de esos pequenos pasos se salvan vidas y se corrigen
tragedias. Ese nino o nina puede ser en el futuro alguien que cambie
la situación del país.


Manuel Eduardo Góngora Mera.
Aufbaustudium Internationale Wirtschafts- und Entwicklungspolitik
Friedrich-Alexander Universität Erlangen-Nürnberg